Recientemente he leído "El desembarco de figuras de la política nacional en Galicia trata de tapar las evidentes carencias de nuestros candidatos". Pero (añadiría yo), las carencias no solo se encuentran en los candidatos, ya que a la mayoría de los que se presentan por BNG, PP, y PSOE ya los conocemos de sobra y por mucho que se les tape con escándalos del resto de Comunidades Autónomas de España, (que, aunque alguien pueda opinar lo contrario, si afectan al futuro de los gallegos y resto de españoles) no basta para borrar de la memoria colectiva la incompetencia, cuando no falta de honradez, de los políticos que mantienen sus chiringuitos políticos con el fin de perpetuarse en el poder.
Cuantas veces hemos oído opinar "son los mismos perros con distintos collares" ó "da igual quien gane, siempre ganan los mismos" Y parece que gracias a la política informativa (condicionada por los dineros de la publicidad) de los medios de comunicación, la ley electoral que elevó a un 5% el mínimo para tener representación en el Parlamento de Galicia y la preocupación por la situación económica, la situación política en Galicia se mantendrá en un falso bipartidismo (PP por un lado y BNG y PSOE por otro), bipartito excluyente, en el que las ideas de los demás que difieran de los idearios de estas tres formaciones, no es tenido en consideración ni en cuenta.
Cual es la razón por la cual partidos que seguramente tendrán decenas de miles de votos, no pueden tener voz y voto en el Parlamento de Galicia? Por qué los medios de comunicación prácticamente informan en exclusiva sobre estas formaciones y prácticamente nada del resto?
Si en el País Vasco existen siete formaciones políticas con representación parlamentaria, no veo razones convincentes para que otras formaciones políticas gallegas queden excluidas de entrar en el Hórreo de Santiago, y así colaborar con las tres formaciones aludidas en el progreso de Galicia y de España.
Sería fantástico que Terra Galega, UPYD, el partido de Méndez Ferrín, Esquerda Unida, etc. tuviesen al menos un diputado para que la voz de todos los gallegos sonase en Santiago, y no solo la de los tres mosqueteros (todos hemos leído ya la novela, Verdad?)